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Gen Universal: el programa científico que transformó las aulas

  • Desarrollado por el Núcleo Milenio ERIS y financiado por el Ministerio de Ciencia, Gen Universal capacitó a docentes y acercó el método científico a estudiantes a lo largo del país destacando el impacto en pensamiento crítico, habilidades emocionales y la facilidad de implementar el programa incluso en niveles más bajos.

Gen Universal, iniciativa educativa impulsada por el Núcleo Milenio ERIS en colaboración con Sense Contents y con el respaldo del Ministerio de Ciencia, logró llegar a más de 10 establecimientos del país con un enfoque innovador: enseñar ciencia a través de la emoción, la astronomía y el método científico. A través de capacitaciones docentes, material didáctico y experiencias presenciales, el programa no solo despertó el interés de los estudiantes, sino también generó un cambio profundo en su forma de pensar, sentir y enfrentar los desafíos escolares.

En un escenario educativo marcado por la necesidad de innovación y herramientas que conecten con la realidad emocional y cognitiva de los estudiantes, el programa Gen Universal emergió como una propuesta pionera. Enfocado en estudiantes de sexto año básico, este proyecto fue diseñado por el Núcleo Milenio ERIS de Astronomía y financiado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación. Su objetivo principal: fortalecer el pensamiento crítico a través de la práctica del método científico dentro y fuera del aula.

Gen Universal no es solo una intervención curricular. Es una propuesta integral que combina ciencia, astronomía, tecnología, artes y educación emocional. El programa fue implementado en más de 10 establecimientos educacionales del país, de norte a sur, contando con el apoyo de la empresa Sense Contents para el desarrollo de contenidos. Sus pilares abarcan desde la capacitación docente, hasta la divulgación científica y el uso de plataformas multimedia para alcanzar una conexión real con las nuevas generaciones.

Una de las claves del éxito del programa fue el trabajo con los profesores. Ellos no solo fueron capacitados teóricamente, sino que también participaron activamente en la aplicación práctica del programa, convirtiéndose en facilitadores de experiencias científicas significativas. Cristian Cabrera, profesor de la Escuela Horizonte en Lota, destacó la relevancia de este proceso: “Fueron años de trabajo personal y con los estudiantes. Implementar el método científico y abordar emociones como la frustración tuvo un impacto profundo”.

Cabrera subraya además el valor del enfoque emocional del programa, especialmente en contextos educativos donde los estudiantes enfrentan grandes desafíos. “Quizás no alcanzamos a ver el impacto completo, pero en algunos ya se nota, y sé que muchos más lo vivirán de forma anónima. Cambiar la relación con el error y la inmediatez es un avance enorme”.

En Concepción, Camila Labrín, profesora del Colegio Marina de Chile, relató cómo Gen Universal abrió un nuevo espacio de motivación para sus estudiantes: “Al principio hubo temor, nunca antes una comunidad científica había llegado a nuestra escuela. Pero con el tiempo, los estudiantes se dieron cuenta de que cotidianamente aplicaban el método científico”. Labrín también rescató la transversalidad del programa, que integra ciencia con arte, permitiendo conexiones emocionales profundas entre ella y sus estudiantes: “El programa me acercó más a ellos y me permitió abordar mejor sus necesidades”.

Desde Mülchen, Constanza Ramírez compartió su entusiasmo con la aplicabilidad del material: “Es fácil de implementar, está listo para usarse, no como otros materiales que son difíciles de adaptar”. Ramírez ha replicado el contenido en distintos cursos y valoró especialmente la temática de “El Universo de las Emociones”, que generó espacios de conversación sobre temas emocionales relevantes para sus estudiantes. “Tomé un video de un curso y lo mostré en otro, y eso nos permitió hablar de emociones en profundidad. Es un recurso que realmente funciona”.

Gen Universal no solo se quedó en el aula. Su cierre contempló una experiencia de encuentro presencial entre docentes y astrónomos, donde se compartieron resultados, vivencias y aprendizajes. Esta jornada permitió visibilizar un objetivo transversal: que los estudiantes comprendan que el conocimiento científico no es una abstracción, sino una herramienta para entender y transformar su mundo.
Frente al éxito del programa, los docentes hacen un llamado claro a su continuidad y expansión. Consideran que este tipo de intervenciones no representan una carga, sino una inversión valiosa que tiene efectos duraderos en el aprendizaje y bienestar de los estudiantes. “Hay que decirle a las autoridades que esto no es una pérdida. Es una ganancia inmensa”, enfatiza Cabrera.

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