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ERIS

Colaboración sin fronteras: el impacto global del proyecto ERIS

  • Desde la construcción de árboles filogenéticos hasta el aprendizaje mutuo entre lenguajes de investigación, ERIS demuestra cómo la innovación surge al cruzar fronteras culturales y científicas.

El proyecto ERIS marca un hito en la ciencia contemporánea al reunir expertos de diferentes disciplinas y países para abordar los desafíos de la astronomía moderna. Con un enfoque interdisciplinario y colaborativo, ERIS no solo introduce herramientas innovadoras, sino que también fomenta el aprendizaje mutuo y derriba barreras culturales y metodológicas.

En un mundo donde los avances científicos requieren cada vez más colaboración, el proyecto ERIS se destaca como un ejemplo de innovación interdisciplinaria e internacional. Este ambicioso esfuerzo combina herramientas y enfoques de múltiples disciplinas para abordar algunos de los desafíos más complejos de la astronomía contemporánea.

La investigadora Payel Das (Universidad de Surrey ,UK), quien ha estado vinculada al proyecto desde sus inicios, describe a ERIS como una iniciativa que rompe con las tradiciones de la ciencia al atreverse a explorar terrenos desconocidos. “A veces, en la ciencia, tenemos esta tradición de mantener algo a salvo. Pero la idea de la ciencia es tratar de explorar algo asombroso y desafiante. Lo que ERIS está haciendo, y que me emociona tanto, es empujar esas barreras. Usamos herramientas de otras disciplinas y trabajamos con personas que tienen un lenguaje de investigación diferente al nuestro”, explica.

Uno de los mayores logros del proyecto ha sido la integración de enfoques innovadores, como el uso de árboles filogenéticos en la astronomía. Según Das, este esfuerzo comenzó incluso antes de la creación formal de ERIS: “Paula [Jofré] y yo empezamos a trabajar con árboles en 2016. Construimos el primer árbol que usamos en astronomía, y aunque Paula estaba en Chile, continuamos colaborando a distancia. Cuando ERIS surgió, sabía que quería ser parte de ello”.

La colaboración no se limita a herramientas científicas, sino que abarca también el aprendizaje mutuo entre diferentes culturas y disciplinas. “No es literalmente una lengua diferente como inglés o español, pero es como aprender un lenguaje de investigación diferente. Estamos aprendiendo a comunicarnos de nuevas formas, lo cual no siempre es fácil, pero es increíblemente enriquecedor”, señala Das.

Este enfoque colaborativo se ha visto potenciado por las interacciones presenciales, especialmente después de los desafíos de la pandemia. Das destaca el impacto de visitar Chile y conocer a los estudiantes y colegas en persona: “Cuando lo haces en una pantalla, todo se siente bidimensional. Ahora, estando aquí, puedo ver cómo las ideas toman forma en tiempo real. Puedo ver los proyectos futuros, las relaciones que hemos construido, y todo se vuelve mucho más real”.

ERIS no solo representa un avance en términos de investigación astronómica, sino que también es un modelo de cómo la ciencia moderna puede beneficiarse al derribar fronteras. “Hay resistencia cuando introduces herramientas nuevas o formas diferentes de trabajar, pero estos desafíos son precisamente lo que nos hace crecer”, concluye Das.

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