En el vasto y complejo campo de la astrofísica, el Núcleo Milenio ERIS ha emergido como un líder en la integración de conceptos interdisciplinarios para abordar preguntas fundamentales sobre la evolución de las galaxias. Bajo la dirección de Paula Jofré y Patricia Tissera, ERIS ha introducido herramientas innovadoras como la filogenética galáctica, un enfoque que traslada conceptos de la biología evolutiva al estudio de la química galáctica. Según Jofré, “los elementos químicos son especiales porque evolucionan de una manera que responde al proceso de ‘descendencia con modificación’, que es responsable de los procesos evolutivos más allá de los de galaxias”. Este enfoque único ha permitido rastrear cómo las estrellas procesan y redistribuyen elementos químicos en el medio interestelar, ofreciendo una visión sin precedentes de la historia evolutiva de las galaxias.
El núcleo no solo ha avanzado en el ámbito científico, sino que también ha demostrado la importancia de la colaboración internacional. Tissera reflexiona sobre los retos inherentes a un enfoque interdisciplinario: “Es tremendamente difícil concluir un trabajo de forma concreta para poder ser publicado. Esto porque requiere explorar (y equivocarse) en territorios desconocidos”. A pesar de estos desafíos, la colaboración con expertos internacionales ha sido clave para superar obstáculos y posicionar a ERIS en el mapa global de la astrofísica.
Herramientas innovadoras y nuevos horizontes
El trabajo en filogenética galáctica ha llevado a desarrollos como simulaciones cosmológicas que trazan la evolución química de las galaxias y modelan interacciones estelares. Estas herramientas no solo se usan para comprender el universo real, sino también para validar teorías en “universos virtuales”. Como expresa Jofré, “hemos aprendido que las herramientas de biología no pueden usarse en nuestro caso; debemos construir nuestras propias herramientas”. Este esfuerzo ha abierto nuevas posibilidades para el modelado de evolución química y el análisis espectroscópico de poblaciones estelares.
Además, ERIS ha sumado talento clave a su equipo, incluyendo a investigadores postdoctorales como Silvio S. Varela Lavín y Joshua Povick. Varela investiga el impacto ambiental en galaxias satélites, mientras que Povick se centra en derivar edades estelares y estudiar las Nubes de Magallanes. Según Povick, “mi trabajo se ha centrado en lo que los gradientes de abundancia pueden decirnos sobre la evolución química de las galaxias enanas”. Estas incorporaciones prometen avances significativos en la comprensión de la dinámica galáctica.
La formación de nuevas generaciones
El impacto de ERIS también se extiende a la formación académica. Estudiantes como Constanza Bravo y Álvaro Márquez están llevando a cabo investigaciones innovadoras en sus programas de magíster. Bravo se centra en la medición de isótopos de carbono, mientras que Márquez desarrolla redes de aprendizaje de máquina para modelar atmósferas estelares. Estos proyectos reflejan el compromiso del núcleo con el desarrollo de habilidades científicas avanzadas.
Por su parte, investigadores como Scarlet Elgueta y Emanuel Sillero han obtenido financiamiento FONDECYT para proyectos que abordan temas como la espectroscopia infrarroja detallada y la formación de hidrógeno molecular en galaxias. Elgueta señala: “Lo que nosotros proponemos es entregar una caja de herramientas empíricas… para calibrar atlas de moléculas y obtener abundancias químicas con alta precisión”. Estas iniciativas subrayan el papel de ERIS como un catalizador para el avance científico.
Ciencia y educación: un compromiso integral
Además de su impacto en la investigación, ERIS ha llevado la astronomía a las aulas mediante programas educativos como Gen Universal, que ha llegado a 17 colegios en cuatro regiones de Chile. Este programa fomenta el pensamiento crítico y el método científico entre estudiantes de nivel básico y medio. Según Tissera, “el enfrentamiento a problemas nuevos es lo que hemos y queremos seguir transmitiendo a los estudiantes”. Esta conexión entre ciencia y educación asegura que las generaciones futuras puedan continuar explorando los misterios del universo.
A medida que ERIS concluye su tercer año de operaciones, su impacto en la astronomía continúa expandiéndose. La combinación de innovación científica, colaboración internacional y formación educativa ha posicionado al Núcleo como un líder en el campo. Con cada avance, ERIS refuerza el papel de Chile como un epicentro global de la investigación astronómica, marcando un camino hacia nuevas fronteras en el estudio del universo. Como Tissera concluye: “Hemos hecho bastantes avances en lo que propusimos inicialmente… Esto es solo el comienzo de una nueva línea de investigación interdisciplinaria que transformará nuestro entendimiento del universo”.
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