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Astronomía bajo amenaza: el impacto de los proyectos energéticos en el norte de Chile

  • La posible construcción de una planta de energía cerca de los observatorios astronómicos del norte de Chile enciende las alarmas. Expertos advierten que el proyecto pone en peligro los cielos más oscuros del planeta, esenciales para el avance científico.

La astronomía mundial enfrenta un desafío crucial: la posible instalación del proyecto energético INNA en las inmediaciones de los observatorios astronómicos en el norte de Chile. Las implicancias van más allá de la contaminación lumínica; esta decisión podría sentar un peligroso precedente que amenace décadas de colaboración científica internacional y los avances tecnológicos derivados de esta disciplina. Astrónomos instan a encontrar soluciones que equilibren el desarrollo energético y la preservación de los cielos oscuros.

El norte de Chile, conocido como uno de los mejores lugares del mundo para la observación astronómica, está en el centro de un debate crucial. La posible construcción de una planta de energía verde en las proximidades de observatorios de clase mundial, como el futuro Telescopio Extremadamente Grande (ELT), ha desatado preocupación en la comunidad científica internacional.  

Para la astrónoma y directora del Núcleo Milenio ERIS Paula Jofré, esta amenaza no solo compromete el patrimonio astronómico chileno, sino el de toda la humanidad: “Necesitamos esos cielos oscuros porque somos seres humanos que no nos vamos a cansar nunca de responder preguntas. Estas condiciones únicas han permitido avanzar hacia preguntas tremendamente complejas que requieren de un desarrollo tecnológico igualmente complejo”.  

Jofré destaca que la instalación de los telescopios en el norte de Chile no es casual. “Estos telescopios son caros y específicos, diseñados para estar ahí. No es llegar y ponerlos en otro lado porque aquí ya no funcionan. Todo, desde cómo se instalan hasta cómo reaccionan con el clima, está diseñado para estas condiciones. Venir a alterar estas condiciones ahora parece una cosa que no tiene ni pie ni cabeza”.  

Evelyn Johnston, investigadora principal, coincide en que la amenaza trasciende las fronteras chilenas: “Los cielos chilenos no son solo para los chilenos, son para astrónomos, amateurs y profesionales de todo el mundo. Si el país permite la construcción de proyectos tan cerca de los observatorios, especialmente como el ELT, que aún está en construcción, ¿qué va a pasar en el futuro? ¿Vamos a perder todos los cielos oscuros en Chile?”.  

La contaminación lumínica es uno de los principales puntos de conflicto. Johnston advierte que incluso una pequeña cantidad de luz adicional puede tener consecuencias catastróficas para ciertas investigaciones. “Si tenemos significativas cantidades de contaminación de luz, aumenta la luminosidad del fondo del cielo y significa que no podemos observar objetos increíblemente oscuros, como galaxias tenues. Esto eliminaría un campo entero de la astronomía”.  

A pesar de estas preocupaciones, Jofré enfatiza que la comunidad astronómica no está en contra del desarrollo de energías renovables. “A todos nos gusta tener energía, y ojalá lo más verde posible. Pero seamos conscientes: el desierto es mucho más grande, y se pueden poner estas plantas en otro lado. Podemos hacer las dos cosas. No es tan complicado desarrollar ambas áreas, que son tremendamente importantes para la humanidad”.  

Johnston añade que este proyecto podría sentar un precedente peligroso. “Entiendo que los planes para esta planta estén dentro de las leyes actuales para la contaminación lumínica, pero establecer un precedente como este abre la puerta para futuros proyectos que podrían destruir lo que tenemos ahora. Este no es solo un problema nacional; es un problema internacional”.  

La astronomía no solo busca responder preguntas aparentemente abstractas sobre el universo, sino que genera avances tecnológicos con aplicaciones prácticas. Jofré recuerda que tecnologías cotidianas, como las cámaras digitales, nacieron de esfuerzos astronómicos. “La cámara digital fue creada porque queríamos ver galaxias. Hoy nadie cuestiona su importancia. Lo que estamos haciendo ahora con la astronomía puede tener un impacto gigantesco en el futuro, aunque no lo sepamos todavía”.  

Ambas astrónomas insisten en que no se trata de elegir entre energía verde o astronomía, sino de encontrar un camino que permita preservar ambos. “El calentamiento global nos afecta a todos, y queremos energías renovables. Pero no tienen que chocar estos intereses. Chile puede liderar el camino mostrando que es posible armonizar ambas necesidades”, concluye Jofré.  

La comunidad científica llama a un diálogo profundo y a la acción conjunta para proteger los cielos oscuros de Chile, un recurso invaluable para la humanidad. Como dice Johnston, “estos cielos son para todos. Si no actuamos ahora, no solo la astronomía chilena estará en peligro, sino la astronomía mundial y todo lo que esta ciencia puede ofrecer”.  

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