- Durante sus tres años de existencia, ERIS no solo ha producido avances científicos relevantes en astronomía, sino que ha establecido una red internacional de cooperación única, que cruza disciplinas, idiomas y continentes. Científicos de alto nivel de universidades como Cambridge, Hertfordshire o la Universidad Nacional Australiana han encontrado en este proyecto chileno un espacio para desafiar los límites del conocimiento tradicional, aportando nuevas metodologías y visiones interdisciplinarias que fortalecen el desarrollo científico nacional.
Desde sus inicios, el Núcleo Milenio ERIS se propuso romper barreras: no solo las del conocimiento astronómico, sino también las del trabajo científico tradicional. En este proceso, la colaboración internacional ha sido un pilar central. Científicos provenientes de Reino Unido y Australia se sumaron al equipo, no solo como asesores a distancia, sino como participantes activos del diálogo interdisciplinario que ERIS ha promovido desde Chile hacia el mundo.
Uno de ellos es Rob Yates, astrofísico británico con formación en el Imperial College de Londres y doctorado en el Instituto Max Planck de Astrofísica en Alemania. Actualmente, profesor e investigador en la Universidad de Hertfordshire, Yates se integró a ERIS motivado por su interés en la evolución química de galaxias y la invitación de colegas con quienes compartió formación. “Sabía que Paula, Payel y otros miembros de ERIS eran científicos excelentes, y me parecía muy interesante el trabajo interdisciplinario que estaban desarrollando, por lo que me entusiasmó mucho la idea de unirme”, señala. El impulso de sumar nuevas voces al proyecto provino de Payel Das, investigadora de la Universidad de Surrey, quien ha trabajado junto a Jofré desde 2016 en la construcción de árboles filogenéticos para astronomía.
Das, experta en dinámica de galaxias, valoró desde un principio el enfoque de ERIS. “A veces en la ciencia nos cuesta cruzar las fronteras de lo tradicional, pero lo que ERIS está haciendo es exactamente eso: usar herramientas de otras disciplinas, aprender lenguajes de investigación distintos, enfrentarse a lo desconocido”, reflexiona. Para ella, venir finalmente a Chile y ver el trabajo de los estudiantes fue revelador: “Cuando lo haces en una pantalla todo es bidimensional. Estar en la sala, ver cómo escriben, cómo surgen las ideas, cómo se conectan los proyectos, eso lo transforma todo”.
Otro caso emblemático es el del profesor emérito Robert Foley, de la Universidad de Cambridge, reconocido antropólogo evolutivo, cuya especialidad ha sido tradicionalmente la evolución humana. Su vínculo con ERIS nace de una conversación con Paula Jofré cuando ella era investigadora postdoctoral en Cambridge. “Después de una charla mía sobre árboles evolutivos en biología, conversamos sobre si era posible aplicar esas técnicas a la historia de las estrellas. Desde entonces hemos colaborado, primero en Cambridge y luego a través de ERIS”, cuenta Foley.
Para él, el reto ha sido apasionante: “Aunque es difícil, el trabajo de ERIS ha demostrado que es posible aplicar técnicas filogenéticas al estudio de la evolución estelar”. Lo que comenzó como una intuición compartida entre disciplinas distantes hoy es una línea de investigación concreta, que ha generado nuevos árboles evolutivos y repensado la forma en que se conciben los orígenes astronómicos.
Más allá de los aportes específicos de cada investigador, lo que destaca en esta red internacional es su capacidad de inspirar nuevas formas de pensar la ciencia. ERIS ha sido una plataforma para que científicos de distintas generaciones, países y disciplinas se encuentren, dialoguen y construyan juntos. Y como bien apunta Payel Das, ese encuentro “no solo se trata de ciencia: se trata de aprender a escucharnos desde distintos mundos, con lenguajes distintos, para crear algo verdaderamente nuevo”.