Chile, hogar de algunos de los observatorios más avanzados del mundo, ha sido un precursor en la exploración del universo. Sin embargo, detrás de cada descubrimiento astronómico y cada avance científico, hay historias de dedicación, pasión y superación protagonizadas por mujeres que desafían los límites del espacio y del tiempo.
El último censo realizado por la Sociedad Chilena de Astronomía (SOCHIAS) en 2022 arroja datos interesantes sobre la composición de la comunidad astronómica en Chile. Si bien se observa una participación equitativa entre hombres y mujeres en el ámbito estudiantil, con una leve inclinación hacia las mujeres en el personal técnico de universidades y entre divulgadores(as), persisten desafíos en roles como el personal técnico de observatorios y los académicos, donde la presencia masculina es predominante. Estas estadísticas reflejan una realidad global en la que las mujeres enfrentan barreras en su camino hacia la excelencia científica.
“Al hacer un análisis comparativo considerando las personas que son pertenecientes a SOCHIAS, se observa que independientemente de la relación con SOCHIAS, más hombres tienen hijos a su cuidado que las mujeres, lo que confirma que las mujeres en la comunidad SOCHIAS postergan o renuncian a la maternidad en relación a los hombres.” Esta afirmación limita enormemente la posición de las mujeres en la astronomía, posicionando en un sector u otro a las mujeres que son madres y científicas, entendiéndose como posiciones que son excluyentes y no pudiendo ser complementarios.
Scarlet Elgueta, astrónoma chilena cuya trayectoria está marcada por la resiliencia y la determinación a lo largo de su vida como profesional. Desde su experiencia en Japón hasta su papel como madre académica, Scarlet ha superado obstáculos personales y profesionales con esfuerzo y perseverancia. Su contribución al Núcleo Milenio ERIS y a la Pontificia Universidad Católica de Chile no sólo ha enriquecido el campo de la astronomía, sino que también pretende inspirar a otras mujeres a seguir sus pasos.
“Creo que la paciencia es la madre de todas las ciencias, y eso lo viví en carne propia durante mi doctorado en Japón, donde mis estudios se vieron interrumpidos por maternidad.
Puedo decir que eso marcó un antes y un después, tener esa tremenda responsabilidad sumada a sacarte un doctorado lejos de todo y todos, te vuelve más eficiente, más inmune a todo lo que antes pudiera afectarte y sobre todo, más compasiva y empática. Creo que eso es un mensaje que la mayoría de las madres académicas compartimos y con el que resonamos de una forma que no habría logrado captar de no haber llegado a ERIS probablemente.”
“Uno pensaría que la sororidad, de la que tanto se habla en occidente existe, pero en Japón no hubo. Profesoras de gran nivel académico me decían directamente que tenía que abortar, en qué cabeza cabía que como estudiante yo iba a tener un bebé. Pasé gran parte del embarazo en Tokio sola. Fue un periodo complejo, con muchos estímulos negativos, pero yo me aferré a lo único grande que sentía que iba cobrando vida dentro mío, mi hija. Ahora que tengo la oportunidad de trabajar con estudiantes y quiero darles el espacio para que me cuenten, para que hablen, que se desahoguen, tiren todo para fuera y después empezar a resolver los problemas.”
“Hay un juicio moral porque sí y porque no en la academia científica. Hace poco viví una experiencia con una investigadora en donde señaló muchas cosas negativas en cuanto al formar familia, cuestionando en que momento se tiene para trabajar, que el cerebro de una mujer no se puede dividir, una como mamá nunca se desconecta. Habló como si ella fuese mamá, pero sus palabras venían desde el constructo masculino porque la academia tiene este constructo masculino. Hay momentos donde una mujer, respetando las decisiones de cada, que quieren ser madres y no encuentran el momento adecuado, se dice que el mejor momento es cuando eres estudiante, otros dicen que mientras eres profesora, sin embargo, el reloj biológico ya va cuenta atrás. Son muchas las cosas que te limitan el campo en donde una mujer puede ser mujer, o donde una mujer puede ser académica. O eres académica o eres mujer.”
Recientemente, el trabajo de Scarlet se vio recompensado con la adjudicación de un Fondecyt postdoctorado, fondo que permitirá la investigación de ella y colegas que participen, en donde se enfocarán en mejorar, refinar y poner a prueba la información de física atómica necesaria para el trabajo de determinación de abundancias químicas a partir de espectros estelares. “No puedo creer que al fin voy a tener por tres años tranquilidad. Desde el momento que supe que estaba embarazada no pude dormir tranquila hasta ese día de los resultados, siempre estaba la sombra de la incertidumbre. Ahora puedo saber que mi hija estará bien, que mi familia estará bien y que yo estaré bien.
La información atómica que hay detrás de todas las abundancias químicas, de la arqueología galáctica, el cómo trabajar la astrofísica de laboratorio, en eso consistirá esta investigación. Apuntar a altas precisiones con los datos de espectroscópicos de alta o baja resolución, prepararnos para la nueva generación de datos que viene con el instrumento MOONS. Necesitamos laboratorios que puedan combinar la física con la astrofísica, tienden a moverse en paralelo y no juntarse, en donde creo que si se unen las mediciones astronómicas pueden saltar al siguiente nivel. La idea nuestra es que Chile se convierta en una potencia de astrofísica de laboratorio.”
El libro “Fósiles del Cosmos”, escrito por Paula Jofré y otras destacadas científicas del área, es un testimonio de la diversidad y el talento presentes en la comunidad astronómica chilena. Esta obra colectiva no solo ofrece una visión única sobre los misterios del universo, sino que también destaca el papel fundamental de las mujeres en la investigación y la divulgación científica. A través de sus páginas, se revelan historias de innovación, colaboración y descubrimiento que desafían las fronteras del conocimiento.
La participación de las mujeres en la astronomía no solo es una cuestión de equidad, sino también de enriquecimiento para el campo científico en su conjunto. La diversidad de enfoques, perspectivas y experiencias que aportan las mujeres impulsa la creatividad y la innovación, ampliando el horizonte de lo que es posible en el estudio del cosmos. Reconocer y valorar estas contribuciones es esencial para construir una comunidad científica inclusiva y vibrante.
A pesar de los avances, persisten desafíos en el camino hacia la igualdad de género en la astronomía chilena y global. La brecha de género en roles como el personal técnico de observatorios y los académicos refleja desafíos estructurales que deben abordarse con determinación y acción colectiva. Promover políticas y prácticas inclusivas, son pasos fundamentales para construir un futuro más equitativo y diverso en la ciencia.
En el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, es fundamental destacar los logros y la resiliencia de las mujeres que desafían y exploran los confines del universo. Su contribución no solo aporta en la investigación del universo, sino que también inspira a futuras generaciones a alcanzar los sueños de jóvenes. En un mundo donde los límites del conocimiento son tan vastos como el propio universo, las mujeres continúan desafiando las fronteras de lo posible.